martes, 4 de octubre de 2011

Historia. La destrucción de Portobelo.

Portobelo es una bahía y poblacho situados en lo que hoy es la actual Panamá. Es conocida principalmente por ser punto de carga de los galeones que vía La Habana, traían su precioso cargamento desde las Indias hasta Cádiz. De ahí que fuera un punto de primordial importancia para españoles y objetivo principal de los ingleses. De hecho su destrucción el veintiuno de noviembre de mil setecientos treinta y nueve sería el preludio de lo que más tarde sería la Guerra de la Oreja de Jenkins y el mayor desastre naval de Inglaterra.

Los ingleses llevaban tiempo requisando todo lo que flotara para atacar el caribe hispano. Como son tan harteros, desde tiempo antes de declarar una guerra que los españoles ni queríamos ni deseábamos, pues andábamos recién salidos de la Guerra de Sucesión, pusieron bajo el mando de Edwadr Vernon todo el proceso. El objetivo era debilitar el imperio de ultramar atacando por tres puertos principales a saber: La Guaira, en Venezuela, Portobelo en Panamá y Cartagena de Indias, donde sin vaselina, le metimos a Vernon de todo menos miedo (bueno, eso también) en la actual Colombia. El triple objetivo de los británicos escondía a su vez tres razones de pesos. Por un lado hacerse con las importantísimas remesas de metales preciosos que, en esa época, con los avances en minería y las explotaciones argentíferas a pleno rendimiento venían desde América, por otro lado destruir toda la escuadra española en el Caribe, dejando indefenso el Lago Español y por último tomar lo que era su objetivo principal, la Perla del Caribe, la Fidelísima Cuba (hecho que no lograrían hasta bastantes años después, en el sesenta y dos, tras mandar a Velasco a las puertas del cielo).

A finales de octubre, sin que la declaración formal de guerra hubiera llegado aún a Madrid, pues el correo era más lento que las intenciones de los británicos, se sucedieron algunos asaltos por sorpresa a la Guaira y La Habana ante la sorpresa de los españoles. Claro, tu estás ahí, tranquilamente, en paz con el inglés y viene y te suelta una andanada, que no es que haga nada, pues cagados cómo eran no se aproximaban demasiado a la costa, con lo que el ataque era bastante inefectivo, pero que molesta porque no sabes si estás en guerra, sino lo estás... un follón. El caso es que costó más la pólvora y balas que gastaron que los objetivos obtenidos replegándose al nido de piratas de Jamaica. Allí Vernon, con su porte y sus "aqui estoy yo", se montó en su buque insignia y con seis buques se acercó a Panamá. A lo lejos se divisaba el terruño español que en inglés babeaba, por lo que envió al Sherness a patrullar cerca de Cartagena mientras él culminaba la misión menor de doblegar a inhabilitar aquel puerto.

Portobelo (o Puerto Bello en español que lo anglicicamos todo) era una aldeilla tranquila en una bahía natural defendida por tres fuertes apenas preparados para resistir una acometida de envergadura. Con una guarnición conjunta de unos setecientos hombre, el Todofierro, en el puerto y el Gloria y San Jerónimo más adentro, apenas podían preveer lo que aquellas velas que se aproximaban por el horizonte les iban a dejar de regalo. Sabiendo lo que había y viendo que en otras plazas las fortificaciones se habían reforzado, el Gobernador de la ciudad, Francisco Javier de la Vega Retez, que debía de ser un enchufado (en todas las épocas los hemos tenido) y era bastante negligente se había quedado a verlas venir. Así no había trincheras, los muros sin recubrir, la defensa del puerto a medio hacer, los cañones sin colocar, los arsenales sin servir y la coordinación, el plan de ataque entre fortalezas y jefatura inexistente. Sólo dos guardacostas custodiaban el puerto y por fin, la población, al no esperarse el castañazo sajón no había sido advertida ni armada. hasta los ingleses se sorperndieron de lo fácil que fue tomar la plaza. Eso les trajo lo que les trajo, se confiaron y luego en Cartagena. Ñaca.

Fue rápido y limpio, en apenas dos horas entraron en el puerto y cañorearon el Todofierro. La falta de viento les impidió entrar más adentro, con los que los ataques del Gloria y San Jerónimo por falta de alcance no sirvieron para nada. Además de que éste último tenía los cañones desmontados, para colmo de la irresponsabilidad. El Todofierro cayó rapidamente ante el fuego artillero inglés y Vernon ordenó una fuerza de sesembarco dirigida por el teniente Broderick que capturó en un pispas la fortaleza. Todo ello ante la impasibilidad de la Vega que rindió la ciudad a las primeras de cambio sin llegar siquiera a ofrecer una resistencia mínima.  Pero eso no fue lo que porpiciaría la destrucción, hasta los cimientos de Portobelo.

Si bien no se habían reforzado las posiciones, si se había previsto que el inglés diera la lata en algún momento desde la superioridad y todo el oro y la plata había retornado a Perú hasta poder ser embarcado con garantías. Ésto enervaría a Vernon que, al no poderse justificar en el ataque a una población mayor ordenó borrar del mapa todo lo que oliera a español. Los fuertes al hoyo, los cañones al agua e incluso los baluartes del rio Changres que en nada molestaban fueron reducidos a escombro. Ello durante meses, al tiempo que se corría la voz de que el tonto inglés andaba tirando piedras en pánama. Luego levó anclas y retorno a Jamaica.

Las consecuencias de éste ataque fue el cambio de rutas para traer los metales preciosos a España. Portobelo se abandonaría para siempre y no retornaría a ser algo útil hasta la apertura del canal de Panamá. Los envíos a España se harían desde entonces desde Colombia y Venezuela sin detenerse en esa plaza e inclusoo desde el mismo Perú, bordeando el Cabo de Hornos y recalando en Buenos Aires. En Inglaterra la incipiente prensa amarilla exageró la victoria cómo la panacea de todos los reveses que los españoles habían plantado a los británicos. Portobelo fue sólo una victoria menor con unos réditos económicos mínimos, en los que se pudieron requisar algunos pesos para la paga de la guarnición y poco más. En suma fue más el gasto de borrar a Portobelo del mapa que lo que de el se obtuvo.

Aún así Vernon fue recibido cómo un héroe, por el mismo Rey George Dos y en la cena de gala a su persona se tocaría por primera vez el actual himno británico "God save the King". Además se dedicaría toda una calle en el centro de Londres a recordad a Portobelo. las consecuencias sin embargo fueron demoledoras para los ingleses. Vernon era bastante estúpido y creyó que todas las defensas españolas estarían igual de deficientes que las de la plaza panameña, loq ue le llevó a solicitar buques, armas y hombres sin control ni cálculo para iniciar un sistematico ataque que culminaría con la toma de Cartagena de Indias y el descabezamiento de todo el sistema colonial español en América. Ello daría lugar al desastre infringido por "Medio Hombre" Lezo, en el que la Royal Navy sufriría su mayor derrota y de la que daremos cuenta en otro artículo.


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